El correo electrónico puede parecer genuino y resulta difícil resistirse a hacer clic en el enlace adjunto: un paquete retenido en aduanas, un aviso por parte del banco de un cargo en la Visa, la notificación de un premio… Los ciberataques mediante phishing se han convertido en una auténtica plaga que se aprovecha del eslabón más débil de la cadena: el humano.