Las nuevas reglas del juego para conseguir financiación con tu startup

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Según algunas fuentes, son ya 50.000 millones de euros los fondos que ha habido que movilizar en poco más de seis semanas para paliar las crisis acaecidas en entidades bancarias de EE.UU y Suiza, empezando por Silicon Valley Bank (SVB) que más tarde desencadenaría la quiebra de Signature Bank en Nueva York y puso en la cuerda floja a Credit Suisse y First Republic Bank. Está por ver si la sangría se detiene aquí o sigue arrastrando víctimas como las posibles apuntadas en otro medio de comunicación: PacWest Bancorp y Western Alliance.

A raíz del sobresalto ocasionado por la crisis del SVB, hablamos con Orfeo Balboa, Program Manager en First Drop VC, sobre si las startups en general y las españolas en particular deberían ponerse nerviosas ante tantas crisis bancarias y esto es lo que nos cuenta:

EMPRENDEDORES: ¿Crees que la quiebra del Silicon Valley Bank afecta directamente a la financiación de las startups?

ORFEO BALBOA.: Hay que entender que SVB era un banco para startups. Les abría cuentas y prestaba capital en momentos en que los bancos tradicionales son reacios, porque pocas empresas de este tipo tienen activos como garantía. Tenía como clientes a casi la mitad de las startups respaldadas por capital riesgo en USA, su relevancia es evidente.

Pero las razones de su quiebra no tuvieron que ver con este tipo de cliente, sino con la asignación de activos del banco. Gracias a la intervención de las autoridades, su desaparición no ha significado una crisis de efectivo irrecuperable para el ecosistema, pero sí que ha consolidado una serie de tendencias en la inversión en startups que ya venían de lejos. Una de ellas ha sido respaldar una gestión más comedida del riesgo y los modelos de negocio, priorizando aquellas empresas con crecimientos orgánicos, flujos de caja positivos y modelos de negocio más resilientes. 

Evidentemente, supone la desaparición de un modelo de banca especializada cuya ausencia se echará de menos en el ecosistema, sobre todo en las fases en que los bancos tradicionales son menos activos. Sin embargo, existen otros muchos bancos, inversores y fondos de inversión que también invierten en startups y que pueden suplir en parte la ausencia del Silicon Valley Bank. Tendrá su efecto en el mercado de deuda o Venture debt, pues SVB era un actor muy importante, con $ 6.7 mil millones cuando quebró. Algunas startups utilizan este tipo de préstamos de bajo costo para completar los balances entre las rondas de financiación de capital. Es razonable esperar que dichos préstamos se vuelvan más caros para las startups. 

EMP.: ¿A vosotros os ha afectado de alguna manera?

O.B.: First Drop VC es un fondo de inversión en startups de impacto en fases muy iniciales, seed y preseed, y que además se compromete en el acompañamiento de sus invertidas con un programa personalizado de trabajo para reforzar su crecimiento, minimizar el riesgo e incrementar sus tasas de éxito y supervivencia. 

Nuestra metodología de trabajo, nuestro híbrido entre inversión y aceleración, y nuestro enfoque específico en las tecnologías y empresas que resuelven retos sociales y medioambientales globales, no sólo es una receta para afrontar las actuales circunstancias del mercado, sino una de las claves que caracterizarán a los grandes unicornios del mañana: empresas rentables, de ambición global, que ganan dinero al tiempo que tienen un impacto positivo en su entorno.

Como hemos indicado, la quiebra de SVB se alinea con una serie de tendencias y cambio de reglas de juego en la inversión en startups que ya venían de lejos. La inflación y el aumento de las tasas de interés hacen que las empresas cuyos beneficios se encuentran principalmente en un futuro lejano parezcan menos atractivas hoy por hoy. Pero ese camino ya se había iniciado hace bastantes meses, y muchos ya habían adaptado sus estrategias. Entre 2012 y 2021, la inversión global anual se multiplicó por 10, a $ 638 mil millones, dado que las bajas tasas de interés hicieron que el dinero fuera prácticamente gratis. 

Hoy por hoy el mercado se está posicionando en estrategias de inversión que confirman las tesis sobre las que se concibió y lanzó First Drop: en primer lugar, en empresas más jóvenes, en fase semilla, mucho menos volátiles en sus valoraciones que los grandes unicornios. También en startups que desarrollan productos ‘imprescindibles’, como las soluciones para la transición energética, la ciberseguridad, o la lucha contra el cambio climático. 

El dinero seguirá fluyendo hacia empresas bien administradas con balances sólidos, y con desarrollos tecnológicos punteros, como la IA generativa, siempre y cuando su tecnología sea eficaz en la práctica y respalde un modelo comercial viable. 

Otra categoría son las startups involucradas en industrias estratégicas, como las que ofrecen soluciones en la lucha contra el cambio climático, y que protagonizan ambiciosas agendas de inversiones de las autoridades públicas. En todos esos ámbitos First Drop ve su core, nos sentíamos ya muy cómodos antes de la quiebra de SVB.

EMP.: ¿Habéis tomado alguna medida específica para protegeros de las crisis bancarias?

O.B.: La quiebra del SVB, la corrección del mercado de inversión en startups y la recesión económica global inevitablemente genera comparaciones con el desplome de las puntocom de 2000-01, cuando llegó el invierno y las inversiones de VC se congelaron. 

Nosotros creemos que, afortunadamente, las condiciones no son comparables. Los balances de las startups son más sólidos que hace 20 años, y las valoraciones no están tan alejadas de los ingresos como entonces, sobre todo en fases como en las que nosotros invertimos. Solo en Estados Unidos, hay $300 mil millones pendientes de inversión en manos de los VC y fondos. 

Observamos complacidos cómo las estrategias de muchos VC se están moviendo hacia nuestro foco en startups en fases iniciales, y en sectores estratégicos. Pero hemos reforzado también nuestra vigilancia de otros aspectos, y estamos reevaluando nuestros criterios de selección y análisis de startups para asegurarnos de que nuestros proyectos tengan una buena posición financiera y puedan resistir posibles crisis económicas, al tiempo que seguimos con nuestro énfasis en buscar los líderes y proyectos con la mejor gobernanza. 

EMP.: ¿Cómo crees que evolucionará el mundo startup en 2023?

O.B.: El año pasado se invirtieron más de $600 mil millones en fondos de riesgo en todo el mundo, casi diez veces el nivel de hace una década. El capital de riesgo se extendió a nuevos sectores, atrajo a nuevos participantes y se volvió más global. Ahora, la guerra en Ucrania, la tensión comercial y tecnológica con China, las correcciones bursátiles y el aumento de las tasas de interés inevitablemente está perjudicando al mundo VC . 

Las startups que dependen de la inversión privada, como era de esperar, les va a ser más complejo acceder a capital. Las que dispongan de poca tesorería, especialmente en sectores muy competidos, les irá peor. Sin embargo, muchas startups han hecho los deberes y han acumulado efectivo, y tienen balances saludables y capacidad para sostener su caja bastante tiempo. 

La industria del VC también está más institucionalizada. Muchos VC de Europa y Asia dependen menos del capital estadounidense y tenemos vínculos duraderos con empresas financieras e inversores locales. Los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y el private equity, han experimentado lo suficiente el efecto transformador de la tecnología en la economía como para saber que es uno de los pocos sectores capaces de batir a la inflación y mejorar sus balances.

Lo que es más importante, la oportunidad de la innovación y la tecnología con propósito sigue siendo enorme. Es probable que veamos una mayor diversificación geográfica y sectorial de las startups, así como una mayor atención al impacto social y medioambiental de las empresas.

También esperamos ver una mayor competencia y consolidación en algunos sectores, y un mayor interés de los inversores en empresas que estén enfocadas en solucionar problemas globales y aportar un impacto positivo a la sociedad. El mercado potencial de productos tecnológicos se ha expandido enormemente, para afectar todas las partes del mundo empresarial, desde la biotecnología, el cambio climático, la movilidad, hasta el control de la cadena de suministro. No habrá escasez de oportunidades para esos 300.000 millones de dólares de capital de riesgo que esperan ser invertidos en startups. 

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